Esta entrada va dedicada a dos familiares de género femenino que viven muy al norte y a las que desde aquí les mando un beso enorme. Desde que comienza la pubertad hasta que nos asentamos en la veintena nuestro cuerpo vive inmerso en una multitud de cambios. Es una etapa de altibajos, pero si se sabe atajarlos sentaremos las bases de unos buenos hábitos cosméticos que duraran toda la vida. Estamos en un torbellino de hormonas, crece el pecho y se ensanchan las caderas, y si no nos andamos con un poco de cuidado las antiestéticas estrías pueden aparecer en caderas y pechos. Es importante hidratar y mantener una adecuada alimentación. A la hora de hidratar, podemos optar por la Nivea de toda la vida, o el aceite de almendras dulces. Las que prefieran una textura más liviana, cualquier antiestrías de farmacia les irá bien. Otro caballo de batalla en este tiempo, es la piel del rostro sobre todo si es grasa y tenéis problemas de acné. No olvidéis la preceptiva visita al dermatólogo, y sobre todo escoged productos suaves, libres de aceites y alcohol. Y lo más importante, protegeros del sol, porque cuando tengáis la edad de vuestras madres lo agradecereís.
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