Vivimos apresuradamente, eso es algo evidente, y a veces, pensamos que con ponernos cosméticos carísimos o una gran cantidad de ellos, tenemos gran parte del trabajo hecho. Para muchas personas esto es cuidar la belleza. Para mi, eso es simplemente cuidado personal, porque entiendo la belleza como un todo que une cuerpo y espíritu. Ya se que esto suena trascendente, pero seguro que cuando estáis más contentas, o estresadas lo notais en la piel. Por eso si tuviera que dar el primer consejo de belleza, sería el cuidar el interior alimentando cuerpo e intelecto. Es importantísimo leer, aprender, no perder jamás la curiosidad y procurar en la medida de lo posible cultivar una actitud serena y positiva, que comienza con la aceptación de una misma (¡Ojalá hubiese sabido esto con quince años!). En cuanto al cuerpo, hay que comer bien, tomar mucha fruta y verdura y en los cambios de estación, levadura de cerveza y jalea real, que nuestra piel, uñas y cabellos, lo agradecerán mucho. Cambia el café por el té, y si después de comer lo tomas verde, en un par de semanas tu figura estará un poquito más definida. Lo del café, hablo por experiencia propia, es un concentrado de cortisol y por tanto de stress, lo cual repercute significativamente en la calidad de la piel. Lo he experimentado en carne propia, tras aceptar que no me sentaba nada bien, hace tres meses que lo dejé, y tras superar la primera semana de privación, que fue terrible, mi piel y estado de ánimo han cambiado a mejor drásticamente. Dentro del cuidado del cuerpo, he descubierto que hacer deporte, es magnífico para nuestra belleza exterior e interior. No hace falta correr una maratón, pasea, baila los fines de semana, coge la bicicleta, todo vale, la consigna es moverse. En definitiva, la belleza antes de empezar, es ante todo una cuestión de actitud.
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